25 de octubre de 2010

Dan Brown - ANGELES Y DEMONIOS - 0.9/5.0


No tengo nada bueno que decir de “Angeles y Demonios”. No penséis que soy un lector exigente, sino que el libro tampoco se esfuerza por ofrecer algo verdaderamente positivo al lector. Ya podéis buscar en sus más de 600 páginas y os hartareis, antes de encontrar algo de literatura.

Es como si el bueno de Dan hubiese tenido la intención de escribir una guía de viajes de su última excursión a Italia. “Soy un tío cojonudo”, debió pensar este “macarra” de la prosa, mientras se recreaba, explicándonos con todo detalle cada foto, cada rincón, cada monumento que visita el protagonista de la novela. ¡Que rabia me da haber caído otra vez!.

Evidentemente con Robert Langdon ha dado en el clavo, es su "alter ego", su proyección, un personaje que se hace más grande con cada novela. Un tipo de Wikipedia. El compañero de trivial infalible, que sabe mil cosas y ninguna práctica. El tipo listo que tanto gusta al publico americano. Un tipo de personaje plano, hasta los límites del hastío. Ni siquiera ha realizado el autor, el esfuerzo mental de inventar una "tara" para él: un muñón en una mano; un parche en el ojo; etc. Recurso que, aunque repetitivo, da cierta credibilidad a la ficción e identifica al lector con el personaje. Robert Langdon no se puede permitir ser mundano. Robert Langdon es perfecto en su esencia, es un cumulo de virtudes morales y humanas, el tipo que querrías para tus hijas. Todo lo que el bueno de Dan siempre quiso ser y no pudo.

El libro acaba ahí. No hay más.

Los que hayan leído "El Código da Vinci" saben de lo que hablo. El que nos ocupa, es un libro anterior a este último, con más errores. Hace incluso uso de un lenguaje más tosco, y cualquier defecto que se pueda encontrar en la lectura de “El Código da Vinci” puede atribuirse también a este, siendo, a pesar de todo, magnánimo.

El final es lo “mejor” del libro, tan malo que no ha sido posible ni llevarlo al cine. Nefasto.

Le concedo a nuestro amigo Dan la capacidad de aprender: De este libro ha aprendido que el alcohol y las letras no son buenos amigos, ¡eso seguro!.

Conclusión: Basura Infame. 0.9/5.0

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